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La industria metalúrgica está evolucionando, con fábricas que atienden la demanda de productos de diversas formas y tamaños, y que a menudo realizan inversiones para ajustar las líneas de producción a una mayor profundidad y diámetro. Pero la producción es solo una parte de la ecuación: el equipo de manejo de materiales, los procesos y la mano de obra utilizados para trasladar los productos de acero al almacenamiento y distribución pueden ser una fuente de ineficiencia o de ventajas competitivas costosas.